Dos países permanentemente en guerra deciden abandonar las armas y reestablecer la paz. Para celebrarlo, se decide hacer un magnífico desfile. Tres de los generales de uno de los países encargan uniformes nuevos para la ocasión al sastre más perfeccionista del país. El sastre hará un esfuerzo por mantener la paz y acepta el trabajo. Sin embargo al abrir los paquetes con las telas que ha encargado, se encuentra con que son estampadas y muy coloridas. No hay tiempo para deshacer el equívoco y confecciona los trajes con esas telas. Todos temen que el país vecino tome como una afrenta su atuendo. Lo que no esperan es el resultado del equívoco: el día del desfile, la presidenta del país vecino les felicita por vestir con los motivos típicos de su país.