Ya desde el título asistimos a otra vuelta de turca en la inquietante relación entre vida y literatura que Vilas va inventando. El libro se estructura en tres intensos capítulos: "Exaltación", "Democracia" y "Ciudad Vilas". Si fuera un poema épico -que tal vez lo sea- diríamos tres cantos.Hay política, hay ideología, hay amor, hay ferocidad, hay ciudades, hay plenitud, hay oscuridad, hay santidad, hay muerte, hay verdad en los poemas de Gran Vilas. Pero sobre todo, hay humanidad y ofrecimiento. En la estela del Canto a mí mismo de Walt Whitman, Manuel Vilas explora en los poemas de Gran Vilas los límites morales de nuestras vidas contemporáneas, de nuestro presente histórico, y lo hace desde un expresionismo libre, aridente y lleno de vitalismo, con la identidad del propi poeta como escenario, como salmodia, como alegría, y como respiración.