Guardianes del agua nos muestra a esas personas abiertas hacia lo nuevo, fueran del sexo que fueran, respetuosas con lo ajeno y arriesgadas por probar lo diferente. Libremente admitían nuevas experiencias, gracias a las cuales, las civilizaciones han prosperado. A finales de la Edad del Bronce Manchego, en la Motilla de Azuer, un grupo de pobladores se ven acuciados por la falta de agua y el despotismo de los poderosos. Ante tal situación, con imaginación y solidaridad, consiguen vencer las adversidades que la época que les ha tocado vivir les va imponiendo. La historia de la humanidad la han hecho hombres y mujeres juntos. Las tareas no estaban medidas por juicios previos sino por cualidades del individuo, independientemente de su sexo. Pero cuanto más avanzaba la civilización, más se iba relegando a las mujeres. Esto ha de cambiar y hacernos ver el mundo con ojos más abiertos a la realidad que ha sido y será. Nosotras/os somos ellas/os, con sus mismas inquietudes, vivencias, sueños y realidades.