En La leona blanca anterior entrega de esta serie policiaca de Kurt Wallander, dejamos al inspector a punto de abandonar la Policía. Pero unas extrañas muertes, que recuerda a casos de antaño sin resolver, le arrastran a una aventura en la que confluyen ambición y corrupción de determinados círculos de la alta sociedad sueca. El abogado Torstensson conduce su vehículo a lo largo de una carretera solitaria, noche cerrada y mira por el retrovisor, para descubrir si le persiguen. De repente, delante de él, ve una silla plantada en medio del asfalto, con un muñeco del tamaño de un ser humano. Torstensson frena en seco y, aterrado, sale del automóvil para ver la aparición. Es lo último que hace en su vida. Muy poco después, Wallander se verá inmerso en un caso de delincuencia económica de altos vuelos. Pero pondrá a prueba la capacidad de reacción de Wallander.