Cuando se trata el tema de la lengua oral siempre se acostumbra a destacar una paradoja: los maestros consideran que es muy importante desarrollar las capacidades relacionadas con la expresión y la comprensión oral, pero, al mismo tiempo, reconocen que todo aquello que hace referencia a la lengua oral no encaja de manera fácil ni en el currículo de la escuela, ni en las actividades que se hacen en el aula.