Los aforismos de Lichtenberg combinan un agudo sentido del humor y de la ironía con un especial talento para jugar con el lenguaje y las etimologías. Sin embargo, lo más seductor de su obra es la rica imagen que nos ofrece del hombre enfrentado a su soledad y la modernidad de sus planteamientos acerca de la ardua dificultad de los seres humanos para comunicarse entre sí de una manera efectiva, que en cierto modo anuncia ya a Becket y el teatro del absurdo. Su influencia sobre la literatura europea posterior, a veces de modo indirecto, es de gran importancia. Ya desde su aparición los aforismos de Lichtenberg se ha considerado como una de las obras fundamentales de la literatura alemana, de la que escritores tan diversos como Nietzsche, André Breton, Sigmund Freud o Elias Canetti han destacado el sentido del humor, la calidad de su prosa y el ingenio que muestra en ellos. No hay duda que la publicación en España de esta obra fue el detonante de una tendencia que situó las obras de aforismos en el lugar que actualmente ocupan, y a lo largo de los años transcurridos desde entonces el interés por Lichtenberg, que se ha convertido en modelo indiscutible, se ha mantenido inalterado e incluso se ha acrecentado.