Algunas madres y pad res tienen miedo de no saber lidiar con unos hijos a los que contemplan más como un problema que como una fuente de satisfacciones. Eso es justo lo que se pretende evitar con este libro. Son muchos los argumentos que nos ofrece para que las relaciones entre padres e hijos adolescentes sean satisfactorias, ambos aprendan del otro y lleguen hasta a ser divertidas. La buena adolescencia aborda con un enfoque positivo las distintas realidades de ser adolescente hoy: demuestra que la mayoría de los adolescentes no son ni conflictivos ni complicados; que la comunicación es posible y aporta claves para fomentar su autoestima, gratificar sus esfuerzos y relativizar éxitos y fracasos. En definitiva, minimiza las inseguridades de unos padres y unas madres que no tienen que ser perfectos, porque ningún adolescente quiere a superman o a superwoman en casa, sino a alguien que les quiera y les proteja y les tienda la mano mientras se convierten en adultos.