Juan Dukuen presenta su obra como un desafío para una lectura creativa del pensamiento de Pierre Bourdieu situándose desde una perspectiva fenomenológica, en particular, la de Maurice Merleau-Ponty, y lo hace bajo la consigna de volver a los textos mismos. Con prudencia y coraje, el autor ha sabido interpretar no solo los motivos centrales de la obra de Bourdieu, sino también cuestiones que emergen de la situación de los conocimientos científicos y filosóficos. Más precisamente, la fuerza de la empresa que Juan Dukuen lleva a cabo reside en confrontar su hipótesis con la complejidad de los textos bourdianos para ofrecerle al lector una propuesta novedosa y poco estudiada en los ámbitos universitarios, esto es, una concepción antropológica de la práctica de orientación fenomenológica. El esfuerzo llevado a cabo en esta obra responde al intento de repensar un problema difícil y de hacerlo en la situación histórica actual. La exposición que vuelve a los textos no renuncia a complementarse con la crítica y alcanza a través de esta complementariedad la posibilidad de incorporar una interpretación que enriquece el pensamiento de Pierre Bourdieu.