Durante ôLa noche divide el díaö se explora una premisa: el contexto ligado a la luz en su dicotomía; mañana y noche. Esta sirve de base a escenarios poco comunes, donde los personajes merodean las cavidades ocultas del diálogo interior. Dudas morales, relaciones sentimentales, reencuentros, todo queda sujeto a un argumento que explora de manera ambiciosa las concepciones sociales y la experiencia. Con imágenes de corte cinematográfico, Mario Blázquez nos introduce en este imaginario filosófico, donde las secuencias acaban por superponerse y nos llevan a experimentar un largometraje en fragmentos.