El título de la obra dramática combina el significado simbólico de Medea con el de Andro como atributo masculino. En Andromedea se invierte el orden de la tragedia de Eurípides en la que Medea, llena de celos y rencor, asesina a sus hijos para vengar la infidelidad de su marido. Ambientada en el siglo presente y tomando como referencia la versión de Jean Anouilh sobre el mito, en Andromedea será el marido quien intente asesinar a sus dos hijos llevado por un impulso irracional, salvaje y demoníaco. La intervención de un asistente personal, personaje con el que se perfilan las relaciones sentimentales entrecruzadas de nuestra época, impide la acción criminal.