No me canso de escucharle en el silbido de las brisas, no me canso de oir tus quejas de amor en el rumor de las olas. no me canso de ver tus formas en el recreo de vientos y velas.A veces es difícil reconocer los orígenes de cada una de nuestras historias vividas o soñadas, sobre todo en la violencia o en el amor, únicas circunstancias capaces de llevar el alma humana al mal absoluto. No te engañará la máquina del mundo ni en la violencia, que te parecerá excesiva ni en el amor que sentirás infinito, aunque, al final, no tendrás más alivio que el efecto cicatrizante del agua del mar y sus dolores.