La principal ocupación de san Juan de la Cruz (1542-1591) durante su vida adulta fue la atención a personas que buscaban sentido y consistencia a su vida, a quienes supo orientar hacia su interioridad. Su magisterio fue extenso y realizado con los recursos de su palabra y sus escritos. En su obra escrita trata la paz y en su vida fue siempre hombre de paz, pero sobre todo en circunstancias especialmente difíciles. Son razones para acercarnos a su vida y a sus escritos buscando sus enseñanzas sobre la paz, muy valiosas para la sociedad actual. En el presente hay circunstancias violentas, sobradamente conocidas, que necesitan luz. También hoy ha aparecido el fenómeno de los nuevos místicos, personas, en número cada vez mayor, que buscan sentido a su vida y recurren a fuentes, tradiciones y modelos de vida en donde apoyarse. Hemos querido tener un conocimiento mayor de su persona, de su manera de gestionar los conflictos, de algunas de las influencias espirituales, sociales y religiosas, con el fin de descubrir mayor hondura en su pensamiento sobre la paz, del que se puede extraer, si tomamos en consideración sólo sus escritos.