Tronos que esperan a su legítimo dueño. Reinos abocados a la decadencia. Amores que se rencuentran. Verdades que han permanecido demasiado tiempo ocultas. Usurpadores esperando el momento adecuado. Magias ancestrales en constante rivalidad y decisiones vitales que cambiaran el rumbo de la historia, pues todos tienen algo en común: están a merced de las cadenas del destino. Y es que desde el Dios más poderoso hasta el animal más diminuto, están unidos en esa marea de energías a la que llaman vida. Pues, eso a lo que creen llamar libertad no es más que una ilusión reconfortante para negar algo evidente: algunos destinos, ya están escritos.