Ni dioses ni humanos escapan al influjo subyugante de Eros, esa bestezuela dulciamarga ?en palabras de Safo? con poder para desencadenar disputas y guerras. Las artes actualizan sin cesar desde el ámbito de la creación la ubérrima herencia grecolatina que fundamenta nuestro legado cultural, complementando el rigor de los estudios de las ciencias humanísticas, que arrojan luz sobre nuestros precedentes y definen los modelos clásicos, sus fuentes y su tradición.También en estas páginas aletea Eros, recordándonos que no somos sino enanos a hombros de gigantes.