En apariencia, todo el mundo sabe lo que es el agua. ¡Nos es tan familiar! Basta con abrir el grifo y en respuesta, ella fluye generosamente. No le damos importancia, pero es uno de nuestros bienes naturales más preciados. La usamos a todas horas, en la cocina, para lavarnos o limpiar y para beber. ¿Pero eso es todo lo que hay que saber? ¿Nuestra constante relación con el agua es suficiente grado de conocimiento? Los antiguos sabios griegos ya consideraban el agua como un superorganismo vivo. El agua «habita» en el interior de cada una de las células de nuestro cuerpo y es un verdadero almacén de información electromagnética y biológica. El estado de polución de las aguas planetarias que sufrimos actualmente quizá sea un reflejo del estado colectivo de conciencia deteriorado por la discordia y las tensiones entre los pueblos.