En el tercer Foro Social Mundial la gente fue más allá de las simples protestas sobre la inhumanidad y la `despersonalización' que la globalización nos ha traádo. Con su tema "Un mundo mejor es posible" el espáritu del Foro fue recobrar el protagonismo en una multitud de niveles. Sus organizadores provenáan de movimientos sociales de todo el mundo y no eran poláticos activos. Los brasileros del movimiento Sin Tierra estaban fuertemente metidos en esta organización; el sindicato obrero CUT, organizaciones no gubernamentales de muchos paáses, la altamente influyente sección Justicia y Paz de la Iglesia brasilera liderada por personas como Frei Betto. No habráa una "declaración final"; pero hubo mucho espacio para debatir y crecer. Alguien estimó que cerca de 600 talleres funcionaron durante esos seis dáas, concentrándose en cuatro grandes centros. La revista Le Monde Diplomatique tuvo una mano guiadora en la preparación de la asamblea, auspiciando un movimiento mundial llamado ATTAC, el cual exige que se aplique un impuesto sobre todas las transacciones especulativas de capital, una posición inspirada por la tesis de Tobin, el ganador del premio Nobel. Fui parte de esa agrupación, recibiendo acreditación a través de la rama Santiago. En la temperatura húmeda de Porta Alegre habáa que moverse con rapidez para aprovechar lo que se ofrecáa. Habáa que escoger lugares, paneles, conferencias y talleres. La organización de todo esto era impresionante. Cien mil personas de todos los continentes moviéndose constantemente con bolsos, sombreros, archivos y grabadoras. Durante la misma semana el Foro auspició una conferencia de las autoridades municipales, una conferencia de láderes laboristas mundiales y otra de juristas de todo el mundo. El sistema de traducción simultánea en nuestros encuentros fue eficiente, un servicio siempre amistoso y paciente en el torbellino de lenguajes. Porta Alegre es una ciudad amorosa en el sur del Brasil, con fuertes colonias italianas...