El libro realiza una aproximación entre la geopolítica fronteriza y las migraciones con origen en los países de la Europa del Este - Rumania, Bulgaria, Moldavia, Ucrania, Rusia y Bielorrusia -  que, siguiendo el circuito global, se dirigieron a España en los últimos 20 años. Los flujos se incrementaron a partir de 2002, tras la apertura del espacio Schengen, y 2007, después de la última ampliación de la Unión Europea (UE).  La obra defiende la frontera como espacio de encuentro, y pretende introducir los estudios fronterizos en el debate de las migraciones internacionales.

El estudio fronterizo vinculado a la movilidad circulatoria ayuda a detectar los cambios de los modelos migratorios en el siglo XXI, particularmente entre el Este y el Occidente europeo, debido al avance fronterizo de la UE y a la reciente transformación de algunos países como Rumania y Bulgaria en países de inmigración. Una finalidad es comprobar cómo la dinámica fronteriza favorece la intensidad de la circularidad (inclusión), por una parte, y cómo la política de limitación fronteriza comunitaria contribuye a la exclusión y al fomento de la inmigración irregular, por otra parte.