Desde el inicio de la década de 1980 se ha vuelto banal mencionar la globalización y la mundialización de la economía y de nuestras sociedades. Desde todas partes se nos acribilla con lugares comunes cada vez más monótonos y repetitivos sobre las exigencias de la mundialización y la necesidad de adaptarse a ella.La prensa, la televisión, las investigaciones académicas, los discursos de los responsables políticos y económicos nos repiten hasta la saciedad, cotidianamente, que nada puede detener el tren en marcha de este movimiento. Quienes se nieguen a ello serán los perdedores de la Historia, los retrasados de la civilización, de la cultura y del progreso técnico. Existe incluso un manual técnico para evaluar el grado de globalización de una economía y un sistema de clasificación de los países por el grado de globalización de sus economías que ha elaborado la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico.El último trabajo de Georges Corm analiza cómo pueden ser los futuros gobiernos y qué podemos esperar de ellos. Una llamada de atención a las sociedades actuales."Desde el inicio de la década de 1980 se ha vuelto banal mencionar la globalización y la mundialización de la economía y de nuestras sociedades. Desde todas partes se nos acribilla con lugares comunes cada vez más monótonos y repetitivos sobre las exigencias de la mundialización y la necesidad de adaptarse a ella. La prensa, la televisión, las investigaciones académicas, los discursos de los responsables políticos y económicos nos repiten hasta la saciedad, cotidianamente, que nada puede detener el tren en marcha de este movimiento. Quienes se nieguen a ello serán los perdedores de la Historia, los retrasados de la civilización, de la cultura y del progreso técnico."