El discurso de Maria Deraismes, al igual que sucede con el de otros humanistas y reformadores sociales, que rompiendo con las cadenas del obscurantismo y confiando en la Razón-Ètica y en la sensibilidad humanitaria pretendieron ir mediante las libertades hacia la igualdad de oportunidades, ha quedado en cierta zona en penumbra para algunas de las corrientes interpretativas que han tomado relieve en los últimos años. Este tipo de discurso no se adecua fácilmente con algunas construcciones hechas por la teoría feminista desde una sola parte del género y tampoco con algunas otras hechas desde la perspectiva marxista teniendo en cuenta tan solo la dialéctica entre las clases sociales; simplemente porque sus claves de comprensión, como vemos, son otras. Una vez más es importante dejar hablar al personaje, escucharle, entablar el diálogo desde su propia perspectiva, antes de imponerle moldes que han servido para otros. Es esta la mejor manera de aprender, de ampliar los horizontes de los discursos y de las aportaciones a las ciencias humanas y sociales que forman parte del legado intelectual dejado por nuestros mayores. Afortunadamente esta vía, que lleva implícita un sentido integral del ser humano y de sus intercambios en sociedad, va hoy teniendo también su espacio en el discurso científico dentro de las ciencias políticas, sociales y jurídicas.